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#Noesdehombres o no entender nada sobre acoso

May 10, 2017

La semana pasada ONU Mujeres e Inmujeres CDMX presentaron formalmente la campaña #Noesdehombres cuyo objetivo es sensibilizar a los hombres sobre la violencia sexual que viven las mujeres en el transporte público y de nuevo nos encontramos con otra acción que lejos de cumplir su meta, refuerza estereotipos de género.

La campaña se compone por dos fases, la primera el lanzamiento de un par de videos donde se muestran “experimentos sociales controlados” realizados por actores en estaciones y vagones del metro (si no los han visto, aquí pueden encontrarlos), en los cuales se plantean un par de situaciones. En la primera, se muestran las cámaras del metro transmitiendo en las televisiones de las estaciones tomas a los traseros de los hombres que se encuentran esperando el metro. En la segunda, aparece un asiento especial para hombres dentro de los vagones, que no es otra cosa que un torso y un pene donde se busca que estos usuarios simulados reaccionen frente a él sentándose y reflexionando sobre el tema.

La segunda fase consiste en materiales gráficos que muestran el rostro de diferentes hombres en los que se leen frases como “este es el morbo con el que miran a tu novia/madre/hija/amiga todos los días”, que se colocaran en diversas estaciones y paradas del transporte público de la ciudad.

¿Qué podemos decir de una campaña que va mal desde el nombre que se eligió? Sí, es importante reconocer que por primera vez en temas de violencia sexual se enfoca la política pública a los agresores, sin embargo, el hecho de que esta busque atacar el ego masculino, la heterosexualidad del macho mexicano, esperando que logre atrapar su atención por herirla y esperar que con eso se concientice no es la forma adecuada.

La violencia sexual que sufrimos las mujeres está muy lejos de parecerse al sentimiento que le genera a un hombre el ver amenazada su heterosexualidad por ser acosado por otro hombre. Intentar reflejar esta situación en un “experimento social controlado”, ridiculiza la violencia. Basta recordar de ese video la imagen donde un grupo de jóvenes intentan sentar a un chico en ese asiento, quien se resiste como puede. ¿Qué significa eso? Una burla, un chiste, vergüenza e incluso la ofensa contra aquello que pueda ser femenino, porque todo aquello que se perciba como tal está en desventaja y merece ser despreciado. Incluso hay un pequeño atisbo de la homofobia que se considera tienen internalizada los machos. Pero ni eso está cerca de reflejar el terror, la sensación de vulnerabilidad que deja la violencia sexual que ejercen los hombres contra las mujeres. Y además ¿reducir la violencia a la imagen y sensación de sentarse sobre un pene, en serio?

Pero lo más grave son los mensajes con los cuales se busca generar empatía sobre el tema, pero solo refuerzan la idea de la propiedad de los hombres sobre las mujeres y el valor que tenemos de acuerdo a las relaciones heterosexuales que podamos tener con los mismos. ¿No se suponía que las mujeres ya somos sujetos de derechos y no objetos? ¿Dónde quedo el concepto básico de igualdad y el respeto que nos debemos tener por ser personas? ¿Dónde quedamos las mujeres que no tenemos relaciones eróticas con hombres, no merecemos que nuestros cuerpos sean respetados?

Esta nueva campaña mal lograda se une a otras políticas públicas que el Gobierno de la Ciudad de México ha lanzado en el último año como “tu denuncia es tu mejor defensa” y el silbato “vive segura”, en las cuales repiten una y otra vez la idea de que las mujeres somos un objeto y que, al parecer, la única manera este problema es hiriendo lo más preciado que tiene un macho: su heterosexualidad.

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