Por: Omar Feliciano (@tipographo)
Con la llegada de junio, mes del orgullo LGBT, tenemos la oportunidad de reflexionar sobre la intersección de orientación sexual, identidad de género y maternidad. En días recientes hemos visto titulares como “Pareja gay espera su primer hijo biológico”, que apuestan a cazar clics al narrar el embarazo de Trystan Reese, un hombre trans unido en matrimonio con otro hombre, Biff Chaplow. Éste no sería el primer hijo de la pareja, pues tienen dos hijos adoptados.
Si bien ha pasado casi una década desde que Thomas Beatie se reveló al mundo como el primer hombre trans que dio a luz debido a que mantuvo sus órganos reproductivos, en su caso, y otros que le siguieron, se trató de parejas heterosexuales que lograron el embarazo gracias a la inseminación artificial, o al coito vaginal. Tal es el caso de Fernando Machado y Diane Rodriguez, ambos trans que dejaron su intacta su capacidad reproductiva al transicionar. Pero el caso de Biff y Trystan es el primero de una pareja de hombres gay.
En primer lugar, es preciso destacar que la experiencia de Trystan desmiente la noción de que ser trans es “vivir en el cuerpo equivocado”, una narrativa que hacen énfasis en la experiencia disfórica con el cuerpo sexuado. Cada vez son más las personas trans que no necesitan transicionar completamente; es decir, que no necesitan renunciar a su capacidad reproductiva al alterar quirúrgicamente sus genitales.
Biff Chaplow es un trabajador social con experiencia en personas sin hogar y en la actualidad trabaja el tema de la salud mental. Trystan Reese trabaja temas de justicia social. Ese fue uno de los motivos por los que decidió hacer pública su historia. No es la primera vez que la pareja aparece en los medios: en 2011 Biff Chaplow y Trystan Reese vivían en Los Ángeles, y una llamada los metió de lleno a la vida familiar. Los sobrinos de Biff —Riley, de 3 años, y Hailey, de 1 año— quedarían bajo cuidado del Estado si la pareja no se ocupaba de ellos, pues la hermana de Biff y su novio fueron acusados de crear un ambiente inadecuado para sus hijos por su abuso de drogas.
Biff y Trystan decidieron luchar por la custodia de Riley y Hailey, pese a que sabían que encontrarían obstáculos debido a su relación, no sólo por ser homosexuales, sino también por el hecho de que Trystan es un hombre trans que utiliza hormonas desde los 20 años para obtener caracteres sexuales secundarios masculinos, como el vello facial y el engrosamiento de la voz. Decidieron acudir a los medios a contar su historia. Finalmente, ganaron la custodia legal, tras un caro y largo proceso legal. Fue así como se convirtieron en familia.
Después de todo aquello, decidieron darle un hermano o hermana a Riley y Hailey. Trystan suspendió su tratamiento hormonal y fue así como el año pasado logró embarazarse. Sin embargo, a la séptima semana tuvo un aborto espontáneo que les hizo plantearse esperar un año para volverlo a intentar. Optaron por abandonar la idea debido a lo que significa para Trystan estar tanto tiempo sin tratamiento hormonal. Lo intentaron y lograron que Trystan quedara embarazado. Decidieron contar su historia en Facebook, Instagram y su propia web, Biff y yo. Desde entonces Buzzfeed, CNN y People Magazine han contado su historia.
La experiencia de Biff y Trystan es una muestra más de cómo se suman retos a la agenda LGBT en intersección con la reproducción y los derechos humanos. Si bien para muchos medios son la nota extraña, es muy válido que quieran contar su historia, en particular en este momento de disputas culturales en las que los grupos antiderechos buscan limitar los derechos, e incluso el feminismo se ve dividido por el tema trans.
* Omar Feliciano es responsable de Medios digitales