Por: Regina Tamés (@reginatames)
Escuché el discurso de Josefina ante el Frente Nacional por la Familia y no supe si reír o llorar. Es tan arcaico y lejano a las necesidades y de la realidad del país, que da pena. Una se traslada rápidamente a cincuenta años atrás, cuando el matrimonio igualitario y la autonomía de las mujeres eran temas prohibidos. Ella, orgullosamente, retoma esas viejas ideas, las desempolva y las utiliza para intentar ganar votos. Debe estar desesperada pues no sólo no ganó la Presidencia hace algunos años, sino que ni cerca está de convertirse en gobernadora del estado de México.
La señora revive el discurso que vimos en las calles hace unos meses, cuando organizaciones irrespetuosas de la pluralidad de pensamientos pugnaban por el “respeto a la familia”. Estos grupos, están en todo su derecho de manifestarse y expresar sus ideas, pero abogan por un solo tipo de familia, integrada por un hombre y una mujer: un modelo que, a su parecer, es el ideal para que la sociedad salga adelante. Obviamente no mencionan que 60 % de las violaciones a menores de edad ocurren en casa, en ocasiones por los propios padres (heterosexuales casados con sus madres ante dios), ni la violencia que ejercen los hombres contra sus esposas (tanto física como psicológica), entre muchas otras barbaridades que todas conocemos. Su modelo de familia es intocable y no hay apertura para la autocrítica. Abogan, sin fundamentos, porque otras familias no son “naturales” y pueden hacer daño a los niños. No reconoce la diversidad de familias, y mucho menos la autonomía de las mujeres. “Voy a apoyar siempre todos los valores y todo aquello que contribuya a unir y fortalecer nuestras familias”, dice, supongo que siempre y cuando cumplan con el modelo que ella considera familia.
Escucharla hablar sobre su posición respecto a la vida es como escuchar a Trump. Dice que la vida debe respetarse desde el momento de la fecundación. ¡Vaya hipocresía! Su partido inició la guerra contra el narcotráfico que tantas y tantas vidas ha cobrado, pero eso no lo menciona. ¡Claro! Es que son vidas de fetos por las que aboga, no por las personas ya nacidas. No por los niños abandonados, por los que no tienen qué comer, por los que son abusados por sus familiares, por los que no tienen posibilidad de educación, ni tendrán jamás oportunidades.
Aquí la cuestión es aferrarse a defender “la vida en potencia” sin haber sido promotora de los embarazos seguros, de prevenir la violencia obstétrica para que no se pierdan los embarazos deseados, o evitar la violencia contra las mujeres embarazadas. Entonces, a pesar de que no coincida con ella, al menos tendría sentido que defendiera la vida desde la implantación (siempre y cuando entienda la diferencia entre fecundación e implantación, pues el embarazo empieza con esta última, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud). Además, es bárbaro escucharla hablar en los debates sobre su política en contra de la criminalización de las mujeres mientras quiere prohibir el aborto. Le faltan clases de derecho penal para saber que si se criminaliza es porque está prohibido.
El discurso de Josefina y el de otros candidatos como Del Mazo son solo discursos demagógicos, vacíos, que venden bien y que poco abonan. Pero estés o no de acuerdo con ellos, lo importante es recordar lo que México necesita. La pluralidad, la diversidad, la laicidad y los derechos humanos son pilares rectores de la democracia de nuestro país. Nada de lo que ellos proponen está acorde con esto. Podrían pensarlo en lo privado y enseñarlo a sus hijas, es su derecho de libertad de conciencia. Pero como funcionarios públicos no pueden (o no deberían) basar una parte de su campaña en principios que excluyen a quienes no caben en su concepto de familia, a las mujeres que acuden al Estado para solicitar servicios de aborto legal para ejercer maternidades libres. Pueden no gustarles, pueden no estar de acuerdo, pero imponerlo como funcionarios públicos no es ético.
¿Cómo es posible que esas sean las candidaturas que tengamos para gobernar una entidad federativa tan grande y compleja como el Estado de México? Un territorio en donde las mujeres sufren más que nunca. En el estado de México, el año pasado se registraron 263 feminicidios (Durante enero de 2017, señalaron que han ocurrido 17 posibles feminicidios en municipios como Ecatepec, Ixtapaluca y Nezahualcóyotl); hasta la semana 18 de 2017 el estado de México es la segunda entidad de todo el país donde mueren más mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo;[1] el estado de México se encuentra en el primer lugar en violaciones consignadas en averiguaciones previas en todo el país, con 161 casos durante el mes de marzo de este año. En el estado de México las mujeres y niñas no pueden tomar decisiones sobre su reproducción, y quien las toma no está dispuesta a hacerse cargo de que no se mueran.
No sé por qué me sorprenden esta serie de despropósitos, si Josefina representa al Partido Acción Nacional y Del Mazo al nuevo PRI que ha demostrado que de nuevo no tiene nada. Pero todo tiene un límite y este encuentro con el Frente Nacional por la Familia es una franca ridiculez.