Los archivos históricos feministas son una iniciativa de la Universidad Nacional Autónoma de México para dar visibilidad a los documentos históricos del feminismo en México. Este archivo cuenta en su catálogo con las principales revistas feministas como Fem, La revuelta, La correa feminista, entre otras. En vísperas del arranque de la campaña 28 de septiembre por la despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, echamos un vistazo a estos archivos históricos en referencia al aborto.
Vale la pena mencionar que el 28 de septiembre activa a los movimientos feministas latinoamericanos y caribeños para exigir la despenalización del aborto. La iniciativa nació en 1990 en el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Argentina, desde entonces, alrededor de esta fecha se realizan acciones para demandar la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, incluso fuera de la región latinoamericana.
En agosto de 1998 Fem hacía una crónica de la polémica desatada en torno a la despenalización del aborto en México iniciada por Juan Ramón de la Fuente, entonces Secretario de Salud, desmentido por Francisco Labastida, Secretario de Gobernación. Incluso se indicó que “muy pronto se convocaría a un referéndum en esta capital sobre el aborto”. ¿Les suena familiar la solicitud de una consulta pública en materia de derechos de las mujeres? Vale la pena señalar que entonces GIRE recibió amenazas anónimas por su activismo en derechos reproductivos.
Fem dio seguimiento en 1991 a la reforma del artículo 136 del Código Penal de Chiapas que en octubre de 1990 fue reformado para permitir el aborto por “razones de planificación familiar, de común acuerdo con la pareja” o en el caso de decisión de madres solteras, “siempre que tales decisiones se tomen en los primeros 90 días de gestación”. “Debate sobre el aborto, a un año sin respuesta” traza la ruta de inacción institucional para implementar la reforma, que más tarde naufragó: “…la CNDH se ha mantenido al margen del problema e incluso, nunca lo mencionó en su último informe semestral”. De acuerdo a nuestro más reciente informe sobre criminalización del aborto, en Chiapas sólo se permite el aborto por las causales de violación, peligro de muerte y alteraciones graves en el producto.
En 1976 el Consejo Nacional de Población constituyó el Grupo Interdisciplinario para el Estudio del Aborto en México que entre sus conclusiones recomendó eliminar la pena a las mujeres y al personal de salud que practicara un aborto. Anilú Elías escribió en Fem sobre “La vieja patraña del aborto” refiriéndose a este evento como el petate del muerto: “Se dedicaron miles de líneas ágata, de minutos, de papel a la gritería que se armó ante esta noticia —o rumor, que es lo que fue en realidad—. Sólo se había convocado a un grupo interdisciplinario para estudiar el aborto y eso bastó para que todo el mundo gritara”. El pánico moral como estrategia alrededor del aborto ha sido consistente. El Comité Nacional Provida se constituyó el año siguiente, tal como el Frente Nacional por la Familia se constituyó después de que Peña Nieto se reunió con grupos LGBT en los pinos.
El Movimiento Nacional de Mujeres convocó un 11 de septiembre del 76 a una reunión de trabajo sobre el aborto que determinó la naturaleza discriminatoria de la ley que penaliza el aborto, la necesidad de que el sistema de salud proporcione el servicio de interrupción del embarazo, entre otras resoluciones que tienen que ver con educación sexual y campañas de salud reproductiva. Al día de hoy a pesar de la despenalización del aborto en la Ciudad de México, el IMSS e ISSSTE se niegan a brindar los servicios. Sigue vigente la exigencia 42 años después.
Hace 82 años, en febrero de 1936 la revista Futuro, de corte socialista, publicó “El aborto por causas económicas y sociales” que argumentaba por la derogación de los artículos del código penal que criminalizan el aborto voluntario. El análisis de la Dra. Domínguez Navarro, autora del texto, guarda semejanzas con el proyecto de Ley de Maternidad Voluntaria elaborada por feministas en 1979, y claro con muchos de los argumentos que hoy se escuchan en Coahuila, Veracruz y otras legislaturas que buscan impulsar la despenalización.
En 1988, Gabriela Cano escribió “Memorias del olvido” en Fem, rememorando los 50 años de exigencia por la despenalización del aborto. Cano señaló la similitud de los argumentos: la legislación que penaliza el aborto asegura que se realice de manera clandestina. “En condiciones fatales para las mujeres que no tienen facilidades económicas”. Establecer el aborto como un delito afecta de manera desigual a las mujeres de acuerdo a su condición socioeconómica. La despenalización del aborto debe de ir acompañada de amplios programas de anticoncepción para que la prerrogativa del control de la fecundidad no sea “una prerrogativa exclusiva de la mujer burguesa”.
Pese a que los grupos antiderechos quieran presentar las iniciativas por la despenalización como una conspiración de “la internacional abortista”, lo cierto es que mexicanas comprometidas con las mujeres han impulsado la despenalización con argumentos contundentes que el Estado ha desestimado llamando a “consultas populares”, que la prensa ha recibido con pánico moral y que ha provocado reacción de grupos ultramontanos.
Este 28 de septiembre, una vez más exigiremos la despenalización del aborto, en las calles, en las redes sociales, en los medios de comunicación, en las charlas de sobremesa, en el cabildeo en el congreso; por las mujeres, por sus vidas, por su decisión. No, las amenazas como las que han recibido compañeras en Chiapas no detendrán la movilización. Finalmente, en el contexto político queda la pregunta: ¿el Congreso, con mayoría de Morena, y los congresos estatales donde ganaron están listos para despenalizar o se someterán a la inercia de llamar a “una consulta popular”?