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El pasado 15 de mayo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación afirmó que la negación del aborto cuando la salud de una mujer está en riesgo constituye una violación de los derechos humanos. En contraste, legisladores en el estado de Missouri, en los Estados Unidos acaban de aprobar una iniciativa que prohibirá casi todos los abortos después de las ocho semanas de embarazo, incluso en casos de violación o incesto.
Éste es el más reciente de varios ataques en las últimas semanas en contra de la justicia reproductiva allá, pero este año se ha presentado un total de 55 leyes en legislaturas estatales de Estados Unidos que prohibirían todas o la mayoría de los abortos. Una de las iniciativas estatales más perturbadoras y restrictivas, que se convirtió recientemente en ley, convierte al aborto en un delito punible con hasta 99 años de prisión, excepto cuando se trate de salvar la vida de la madre, sin tener en cuenta el incesto o la violación.
Todo esto ha generado gran indignación legítimamente dirigida hacia la poderosa mayoría de los legisladores (hombres), blancos y conservadores que dominan la política de los Estados Unidos. Sin embargo, es importante reconocer el papel de las mujeres conservadoras también. Por ejemplo, aunque la iniciativa de Alabama fue aprobada por 30 legisladores hombres, blancos, fue escrita originalmente por una mujer y la ley fue firmada por una gobernadora.
¿Parece extraño que las mujeres apoyen una legislatura tan misógina? En realidad, específicamente las mujeres con poder y privilegios en la sociedad siempre han sido fundamentales para defender el patriarcado.
Por ejemplo, durante el movimiento sufragista en los Estados Unidos, las mujeres también formaron la facción anti sufragista que creía que votar comprometería su papel social tradicional. Aunque las mujeres finalmente ganaron el derecho de votar, la Enmienda de Igualdad de Derechos (Equal Rights Act) propuesta en los Estados Unidos en la década de 1970, que daría explícitamente a todos y todas las estadounidenses los derechos constitucionales sin importar el sexo, fue malograda por el cabildeo de mujeres conservadoras, blancas y republicanas.
A pesar de las nuevas restricciones, las mujeres con privilegios siempre podrán acceder a los servicios de aborto.
Esto también es cierto en México, donde la regulación del tema no es homogénea, lo que resulta en discriminación de género y desigualdad, ya que el acceso a los servicios de aborto varía según la ubicación geográfica de la mujer. La falta de acceso legal al aborto siempre afectará a las mujeres y niñas más vulnerables, entre las que se encuentran mujeres con discapacidades, mujeres indígenas, mujeres migrantes, adolescentes, rurales y mujeres de bajos ingresos.
Pero el acceso al aborto no es un tema que sólo las mujeres deban apoyar. Como dijo Martin Luther King Jr., “la injusticia en cualquier parte es una amenaza para la justicia en todas partes. Estamos atrapados en una red ineludible de reciprocidad, atados en una sola prenda de destino. Lo que afecta a uno directamente, afecta a todos indirectamente.»
Tanto hombres como mujeres deben sentirse igualmente indignados por las nuevas leyes porque son violaciones flagrantes de los derechos humanos. El acceso al aborto es un paso fundamental hacia la igualdad de género, y las mujeres en México, en Estados Unidos y en todo el mundo, deben tenerlo garantizado como parte de sus derechos fundamentales. Si bien es difícil no sentirse derrotado por estos arcaicos ataques recientes, hay acciones concretas que se pueden tomar en este momento para ayudar a las mujeres que necesitan abortos con urgencia.
La Directora Ejecutiva de la Red Nacional de Fondos para el Aborto dijo recientemente: “Pagar un aborto es un acto político y revolucionario”. Existen diversos fondos para ayudar a las mujeres a pagar el servicio en los Estados Unidos y México.
En México existe Fondo María y otras redes locales de acompañamiento como Necesito Abortar (Nuevo León), Morras Help Morras (Aguascalientes), entre otras. Ahora es tiempo de actos revolucionarios. Todas y todos podemos garantizar que el acceso al aborto sea más equitativo para todas las mujeres en México a través de un donativo.
Artículo por Antonina Weber
Antonina es feminista, originaria de Milwaukee, Wisconsin. Le gusta leer y construir títeres. Forma parte del equipo de GIRE.
23 mayo 2019