EN MÉXICO SE LE ECHA LIMÓN A TODO. EN GIRE LE ECHAMOS FEMINISMO A TODO. ES UNA FORMA DE VIVIR Y CONVIVIR, TAN COTIDIANO COMO EL LIMÓN.
Somos un blog con harto limón y feminismo. Nuestros temas favoritos son autocuidado, diversidad, menstruación, maternidad, infancias, amor romántico, política, derechos reproductivos y mucho más. ¡Ponle limón a tus días leyendo nuestras publicaciones!
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la transición hacia la menopausia puede ser un fenómeno gradual y suele comenzar con cambios en el ciclo menstrual. Perimenopausia es como se nombra al periodo que transcurre desde la primera vez que se observan estos signos hasta un año después del último ciclo menstrual. Este periodo puede durar varios años y afectar al bienestar físico, emocional, mental y social. Como muchas mujeres, nos encontramos en esta etapa y queremos compartir, desde nuestra experiencia, el impacto y los desafíos de esta transición en el mundo laboral.
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Durante mis 15 de años de trabajo en GIRE ninguna de mis colegas ha hablado de la menopausia en el espacio laboral. Nadie se ha quejado de los bochornos o del insomnio, nadie ha puesto sobre la mesa sentirse cansada o con poca concentración para ocuparse de sus tareas profesionales o ausentarse del trabajo debido a malestares relacionados con esta etapa. No había caído en cuenta de esto, hasta que hace unos meses me llegó el primer bochorno nocturno y, desde entonces, el insomnio y la menstruación irregular. La “panza de señora” apareció y, parece, que no hay dieta ni ejercicio que pueda con ella. En fin, esas señales claras que te indican que estás ahí, en la perimenopausia. Ahora pienso en todas esas mujeres, pasan por mi cabeza varios nombres y situaciones donde era claro que estaban atravesando por esta etapa, pero nadie habló, nadie se quejó, nadie.
Esto a pesar de que en GIRE la cultura laboral es atípica, pues se fomenta desde su creación la conciliación de la vida personal con la laboral, tenemos horarios flexibles, trabajamos en modalidad híbrida (remoto y en oficina), contamos con días de cuidado colectivo y días personales, entre muchas otras prestaciones. Sin duda, es un entorno que permitiría hablar de esto y donde habría sensibilidad y empatía para quienes atraviesen por esta etapa.
Pero no las culpo, aceptar la perimenopausia es entrar a un terreno minado de estereotipos, estigmas y prejuicios: el fin de la etapa reproductiva aparece en el imaginario como el fin de la etapa productiva y sexual. La vergüenza en ese entorno es inevitable, pero la menopausia también. Así que hablemos de ella y de las consecuencias que trae en el mundo laboral.
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Sin alarma y en contra de mi voluntad, despierto a las 3am con el pecho humedecido y un raro hormigueo en los pies. Últimamente así han sido mis noches. Todas. Si bien me va, una hora después concilio el sueño de nueva cuenta. Y si no, me encomiendo a las diosas para que, a pesar de mi estado, pueda tener una productiva jornada laboral. Más tarde, ya en la oficina, busco apaciguar mis calores: me preparo un vaso con hielo, mucho hielo, y le agrego jugo de limón. Sin esta pócima no podría iniciar mis labores.
No sabía que me encontraba en la perimenopausia —ni lo que es— hasta que tuve una menstruación irregular y muy desastrosa. Después de conversar con amigas supe que existe un periodo previo a la menopausia y que una de las señales de que te encuentras ahí es la alteración del ciclo menstrual (¡sí, puedes sentir que de un jalón toda la sangre que posees sale de tu cuerpo!). Además de hablarlo con mis amigas, se lo conté a alguien especialista en “cosas de la mujer”, quien me dijo que seguramente era un problema en la tiroides —porque todas las mujeres de mi edad tienen problemas en la tiroides— y que para evitar algo peor debía ir a que me quitaran parte de esa glándula. Y ya con eso todos mis desajustes serían historia.
Nunca en mis consultas ginecológicas el tema del camino a la menopausia había sido un tema. Tampoco había sentido la necesidad de preguntar o investigar sobre eso, hasta que la primera alteración apareció. Lo que alcancé a atestiguar de la experiencia de mi madre era mi referencia más cercana sobre ese mundo y de eso, al momento en que me están pasando todas estas cosas extrañas, han transcurrido al menos veinte años.
Cuando me di cuenta de que las alteraciones en la menstruación, el insomnio y los incendios internos no eran ocasionales, realmente me preocupé: ¿en verdad podría seguir siendo productiva en este estado? También descubrí que mi memoria fallaba y me moría de pena al imaginar que tendría que pedir a mi jefa y colegas que me recordaran lo que habíamos platicado en la reunión más reciente, pues, además (¡una disculpita!), eso se iba a repetir. Me aterraba la idea de convertirme en una señora cuyos síntomas podrían poner en riesgo su trabajo.
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El silencio en GIRE es solo una muestra de lo que pasa en el mundo laboral. No encontramos estudios o estadísticas que den cuenta de lo que sucede en México; la menopausia está invisibilizada en las políticas públicas y esto es grave pues, considerando la esperanza de vida en el país, las mujeres estaremos en esta etapa durante un tercio de nuestra vida.
La menopausia y sus previos no son parte de las conversaciones laborales, mucho menos un justificante ante el olvido o el bajo rendimiento. Pero hay que hablar de ello porque quienes nos encontramos en esa etapa y formamos parte de equipos de trabajo nos enfrentamos a situaciones en las que los bochornos, el sueño y el cansancio tiene un impacto en la manera de trabajar y de relacionarnos. Y muchas veces esto es vergonzoso para nosotras, extraño para nuestros equipos e incómodo para todes.
Aunque estamos hablando de una etapa natural y que es parte del desarrollo biológico, tiene importantes implicaciones en el mundo laboral. Entre los muchos síntomas, nos detendremos en algunos para ejemplificar cómo pueden tener un impacto en el desarrollo profesional y el desempeño en el trabajo:
En resumen, la menopausia puede tener consecuencias significativas para las mujeres en el mundo laboral. Para abordar estos desafíos, es fundamental que las empresas y organizaciones reconozcan y respondan a las necesidades de las trabajadoras que están viviendo esto. La educación, la flexibilidad laboral, el apoyo emocional y la promoción de una cultura de inclusión y no discriminación son pasos importantes para garantizar que atraviesen la menopausia de manera más saludable y productiva.
Somos muchas las mujeres que estamos experimentando cambios físicos y emocionales —que tal vez duren varios años— y nos vendría bien contar con más estudios y datos que sirvan de guía en la creación de entornos laborales amigables.
¿Estás en “la peri” y todo se vuelve bochornoso? ¡Hablemos de ello!
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Brenda Rodríguez (@mothernidades) es politóloga y café-dependiente. Le gusta cargar pesas, pero es muy crítica de la cultura fit. No puede beber más de dos litros de agua al día porque se marea.
Dunia Campos (@DuniaVerona) es comunicóloga y adoradora de ballenas. Dedica su tiempo libre a respirar. Le encanta el mar y hacer sonidos raros mientras come.
25 octubre 2023
