¡Me estoy volviendo loca!
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¡Me estoy volviendo loca!


Por Mariana Roca

El distanciamiento social y el encierro han repercutido en nuestra vida a nivel emocional. ¿Has sentido algo de ansiedad? ¿Depresión? ¿Desconcierto? ¿Enojo? ¡Nosotras también! Nos acercamos a Karen Weber, una terapeuta de toda nuestra confianza, para que nos pasara algunos tips para sobrellevar esta pandemia.

En primerísimo lugar, es importante digerir el concepto de pandemia para evitar los extremos de la negación y el pánico. Es necesario aceptar nuestra propia vulnerabilidad, pero siendo realistas para poder hacer lo que sea necesario por nuestro bien. Así como tenemos protocolos para preservar la salud física, requerimos protocolos para preservar una vida emocional saludable. Ante una pandemia, nuestra mayor contribución es cuidarnos y cuidar a los demás no exponiéndolos.

Estas son algunas sugerencias de la especialista para resguardar la salud mental:

Delimita muy bien los tiempos y espacios para cada actividad. La oficina y la escuela han invadido la casa y ya no sabemos si es hora de barrer, redactar un informe, cocinar, jugar con les hijes o dormir. Prioriza y, sobre todo, ¡detén al gendarme que vive en ti! Reparte tus actividades a lo largo del día y de la semana de forma realista. 

Incorpora actividades que disfrutes: creativas y novedosas, proyectos que te ayuden a desconectar mente y cuerpo. Hay que buscar cosas que nos interesen: manualidades, plantas, arreglos de la casa, cocinar, tejer, pintar… La novedad es importante porque mantiene viva la motivación. 

El miedo a contagiarnos o que un ser querido se contagie se suma a todos los otros miedos que ya coleccionábamos por la violencia y la mala economía. Crea espacios para relajarte: meditación, yoga, baño caliente con sales exfoliantes, masajitos… Sin importar tus creencias espirituales, realiza tus propios rituales.

El estrés se ha convertido en un estado constante, que se acumula y hace que se nos bajen las defensas. Así como tomas zinc y vitamina D3, incorpora el desestrés a tu rutina:

¡Respira profundo! 

La presión y contracción hacen que respiremos cortito, lo que impide la adecuada oxigenación y nos lleva a situaciones de ansiedad. Expande tu pecho, date un tiempo para respirar profundamente y tomar agua simple.

¡Dale al cuerpo lo que pide!

Mueve hombros y cuello. Pon música, percusiones y ¡baila! Una rola cada tres horas no está mal. Nuestro estado energético es nuestra responsabilidad y hay que cuidarlo. Al movernos, lo ayudamos. 

Practica la postura del arraigo de modo que la energía corra de una forma fluida por tu cuerpo. En una silla: coloca los pies bien plantados en la tierra, los isquiones en la silla, la columna recta, pero no hiperextendida. De pie: con los pies abiertos a la altura de caderas y hombros, y rodillas ligeramente flexionadas. También puedes sentarte en el piso, con las piernas cruzadas y los isquiones bien plantados. Esta postura permite el contacto contigo misma y volver a tu centro. 

Detén el consumo desenfrenado de noticias. El flujo de información es como un tsunami que nos aterra, inquieta y satura. 

El ecosistema familiar

Practica la tolerancia. Tanto adultos como niños tenemos que entender que no podemos hacer las cosas como acostumbrábamos. Hay exasperaciones, chispas, respuestas que no nos gustan y tenemos que hablar de dónde vienen. No se trata de tolerar faltas de respeto y violencias, sino de promover la comunicación y que cada quien pueda hablar de lo que le ocurre. 

Recuerda que la familia es una comunidad. Mente ordenada en casa ordenada. Hay que propiciar que todas las personas que conforman el hogar participen en las labores domésticas. Niñes y adolescentes pueden participar de acuerdo con su edad. 

Salgan juntos a espacios naturales observando todas las medidas de distancia social: cambiar de aires de manera cuidada y sana. Tomar el sol es fundamental: esta fuente de energía permite que las vitaminas se absorban. 

Cuando se calienten los ánimos, recuerda que la casa debe ser el lugar seguro y no un campo de batalla. Avisa que estás furiosa y que necesitas un tiempo a solas: escribe, baila, pégale al colchón y habla con quienes viven en tu casa. No se vale lastimar ni permitir que nos lastimen.

Comunícate y escucha

Necesitamos hablar de lo que sentimos y admitir que somos vulnerables. Hemos tenido pérdidas, tenemos miedo, incertidumbre. Abramos espacios para hablar de esto y digerirlo, siendo realistas y no fatalistas: aceptar dónde estamos brinda certezas. 

Habla de lo que sientes, exprésate, pero no vivas en la queja. 

Observa tus pensamientos. Si piensas mucho en la muerte, reflexiona sobre eso: en efecto, somos mortales y es real que en algún momento vamos a morir. 

Si ya sientes un cierto nivel de ansiedad, echa mano de remedios como flores de Bach y espacios terapéuticos, además de las recomendaciones anteriores. Puedes encontrar sugerencias en el Instituto Mexicano de Musicoterapia. Si sientes que la ansiedad es mucha o muy recurrente, acude con un psiquiatra. Con seguridad, un médico podrá ayudarte.

Para les niñes

Es indispensable delimitar lugares y actividades, de modo que la escuela no invada su espacio de juego y relajación. Organiza los tiempos para que comprendan que hay un momento para cada cosa. 

Para los momentos de esparcimiento, hay que ser flexibles y creativas. Necesitan moverse. Si tienes el privilegio de un jardín, ¡úsenlo juntos! Si no, bailen en casa. 

Promueve reuniones online con les amigues y con otros seres queridos. 

Enséñalos a respirar profundo y a arraigarse. 

Una vez por semana, siéntense en familia, compartan lo que sienten y piensen. Debemos aprender a escucharnos y hacerles ver que lo que sienten importa. 

Ponles en claro sus responsabilidades de autocuidado y del cuidado de la casa. 

Recuerda que la calma de los niños empieza por ti: si tú estás neuras, ellos también. 

Si vives sola, es muy importante mantenerte ocupada: escribir, leer, escuchar música, pintar, cuidar de una mascota, ocuparse de plantas …  Busca tu paz interior. 

Aceptar lo que nos está ocurriendo nos permitirá enfrentarlo con mejor actitud. Busquemos la mejor forma de vivir este extraño momento en nuestra vida. 

Para conocer más consejos de nuestra especialista, búscala en Facebook como Karen Weber.

Artículo escrito por Mariana Roca C. (@MarianaRocaC) 

Mariana escribe y traduce. Su primer amor es la literatura, aunque todos los días la seducen los derechos humanos. En GIRE trabaja en la movilización de recursos.


4 febrero 2021


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