Fragmentos de una mujer: dolor, duelo y justicia
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Fragmentos de una mujer: dolor, duelo y justicia


Por Verónica Esparza y Rebeca Lorea

(Este texto contiene revelaciones de la trama)

Pieces of a woman o Fragmentos de una mujer, como fue titulada en México, es una película dirigida por Kornél Mundruczó y escrita por Kata Wéber. Está disponible en Netflix y es protagonizada por Vanessa Kirby y Shia LaBeouf. En ella vemos la última etapa del parto de Martha en su casa, acompañada por Sean y Eva, una partera que acude en sustitución de Barbara, quien había dado seguimiento al embarazo. La trama va, entonces, del duelo familiar ante la muerte neonatal de Yvette.

Martha, interpretada por Vanessa Kirby

Creemos que esta película da mucho para ser discutido; sin embargo, nos enfocaremos en la importancia de tener conversaciones sobre duelos perinatales, criminalización como ilusión de justicia, masculinidades tóxicas, y no satanizar la partería ni los partos en casa. 

El duelo perinatal nos afecta a muchas y esta pérdida puede desencadenar distintas reacciones de duelo, como todos los eventos trascendentales en nuestra vida. Fragmentos de una mujer aborda principalmente las vivencias de Martha y Sean por la muerte de su hija Yvette, unos minutos después de nacer.  

Lo primero que es necesario decir es que las muertes neonatales se pueden dar en muchas circunstancias, y no necesariamente están vinculadas a negligencia médica o violencia obstétrica. Por otra parte, aún persisten prejuicios y desinformación acerca del parto en casa. Existe la creencia de que parir en casa resulta muy peligroso; sin embargo, los casos de muertes neonatales acompañados por GIRE han sucedido en instituciones hospitalarias. Los sesgos frente a otras formas de parir, en las que las mujeres están al centro, se revelan cuando a pesar de que las muertes neonatales suceden en hospitales, éstos no son satanizados, a diferencia de los partos en casa y las parteras, quienes sí son estigmatizadas por familias, médicos y la sociedad en general, como bien lo retrata la película.

Molly Parker interpreta el papel de Eva, la partera

Unas semanas después de la muerte de su bebé, Martha tiene que retomar el curso de su vida y su cuerpo es la evidencia de que su hija no está con ella. Su duelo es acompañado con poca consideración por parte de quienes la rodean. Todos —su mamá, hermana, pareja— le dicen qué hacer, asumiendo lo que ella necesita para que se haga “justicia”. Aunque en la trama a Sean también se le muestra destrozado por la pérdida de su hija, termina dejándose llevar por su tóxica masculinidad, llegando incluso a intentar forzar a Martha a tener relaciones sexuales. Estas acciones son parte de un contexto en el que a los hombres se les enseña que no deben llorar, que deben ser fuertes, “varoniles” y, por ende, agresivos.

Este drama también muestra que el duelo por la muerte puede vivirse de muchas maneras, no sólo con un funeral o una ceremonia religiosa, sino también con acciones más personales. En este caso, Martha decide plantar un manzano como recuerdo de que su hija olía a una manzana. 

Por otra parte, la criminalización de Eva para responsabilizarla por la muerte de Yvette, orquestada por médicos obstetras y apoyada por la familia de Martha, demuestra la ilusión de justicia que el sistema penal promueve, pues como bien lo dice Martha: ni siquiera castigar a Eva haría revivir a su hija. Además, ejemplifica los sesgos machistas y patriarcales bajo los que se articula el derecho penal —y a veces otras ramas del derecho—, pues la única defensa de Eva, según su asesor jurídico, es responsabilizar a Martha por la muerte de su hija con una suerte de etiqueta de “mala madre” debido a que suponen que antepuso su decisión de parir en casa frente a la vida de su bebé. 

En conclusión, el juicio nos deja claro cómo esta noción de justicia provoca que de cualquier forma una mujer salga perdiendo, en este caso la partera o la madre, pero no se escuchan las necesidades de ninguna de las dos, mucho menos se proponen medidas estructurales de prevención de otras muertes perinatales. En ningún momento se pregunta a las personas involucradas cuál fue el contexto que llevó a Martha a decidir parir en su casa. ¿Sería el miedo a exponerse a maltratos en el hospital? ¿Sería alguna experiencia traumática en un hospital por cualquier otra necesidad médica? ¿Sería el simple hecho de querer parir en un entorno conocido y acogedor como su propia casa? ¿Por qué se cuestionan sus decisiones? ¿Qué medidas se pueden tomar por parte del Estado para no abandonar a las parteras durante los partos en casa? ¿Qué sistemas de referencia y redes de apoyo existen para atender emergencias obstétricas cuando son parteras quienes atienden los partos? ¿Qué se podría hacer para el bien de mamás y bebés que no tenga que ver con el castigo ni con una compensación económica?

Artículo por Verónica Esparza, @esparza2602 y Rebeca Lorea, @rebeca_lorea.

Vero es abogada feminista en deconstrucción permanente. Necesita desayunar y un café para empezar el día. Forma parte del equipo GIRE.

Rebe es abogada feminista, originaria de Guanajuato, preguntona y acariciadora de perritos. Forma parte del equipo de GIRE.


28 enero 2021


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