Marzo de 2020 ha significado un punto de inflexión para las luchas feministas en México, lo vivido en los días pasados en la Marcha del 8M y el Paro Nacional de Mujeres ha demostrado que la exigencia por nuestros derechos no va a cesar y es más fuerte que nunca. El pañuelo verde, símbolo de autonomía y de libertad de las mujeres, abraza la causa en contra de la violencia hacia las mujeres y GIRE se solidariza y se moviliza con y por todas, como parte de esta marea verde que nació en Argentina y que a su paso por América Latina ha inundado México.
Las protestas feministas han ganado las calles, las mujeres claman por la seguridad y la garantía de una vida libre de violencia. Indiferencia e insensibilidad frente a las violencias en contra de las mujeres parecen ser la marca de este sexenio. Es indignante el reiterado desdén ante el dolor, que ya se ha convertido en rabia. Antes de atender la obligación del Estado mexicano para prevenir, atender y erradicar la violencia, se prefiere responder con exhortos al respeto y la armonía, apelando al cariño y el bienestar del alma, cuando el reclamo colectivo deviene de actos injustos y brutales que atentan en contra de los derechos más básicos de una persona. Las mujeres mexicanas a través de la movilización social reclamamos igualdad y justicia, no abrazos.
En este contexto, marzo de 2020 también significa para GIRE un momento de renovación con una nueva dirección que tengo la fortuna de asumir como resultado de la decisión de la Asamblea Consultiva integrada por Marta Lamas, Cecilia Suárez, Francisca Pou, Gabriela Warkentin, Genaro Lozano, Gerardo Barroso, José Woldenberg, Karla Iberia Sánchez, Roberto Tapia, Rodolfo Vázquez y Roy Campos, a quienes agradezco profundamente la confianza depositada en mi para esta apasionante tarea.
En esta nueva etapa de GIRE, tenemos muy claro que lo trabajado por más de 25 años en la defensa y promoción de los derechos reproductivos tiene que continuar y profundizarse hacia la consecución de la justicia reproductiva en México, no solo porque todas estamos expuestas a sufrir discriminación y violencia por el solo hecho de ser mujeres, sino porque existen otras categorías —etnia, identidad de género, estatus migratorio, condición de discapacidad, por señalar algunas— que, debido a las desigualdades estructurales de este país, nos impiden tener el poder y la autodeterminación sobre nuestro destino reproductivo.
A lo largo de estos años, la organización fundada en 1992 por Lucero González, Marta Lamas, María Consuelo Mejía, Patricia Mercado y Sara Sefchovich ha visibilizado los obstáculos normativos y estructurales para el ejercicio pleno de los derechos humanos de las mujeres en relación con su vida reproductiva.
En el periodo encabezado por María Luisa Sánchez, GIRE jugó un papel fundamental en el proceso que culminó en 2007 con despenalización del aborto durante las primeras doce semanas de gestación en Ciudad México que ha permitido que más de 250 mil mujeres hayan podido acceder a servicios públicos y gratuitos de aborto legal y seguro; que adolescentes que cursan embarazos no deseados producto de una agresión sexual tengan la opción que Paulina no tuvo hace 20 años, de viajar a la capital a interrumpir ese embarazo.
Desde 2011, con la llegada a la dirección de Regina Tamés, GIRE ha documentado el panorama de los derechos reproductivos en México con la finalidad de dejar atrás la inercia de considerar que los derechos humanos de las mujeres pueden quedar pendientes, presentó ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación casos icónicos en donde por primera vez se protegió a personas de carne y hueso que vieron violentados sus derechos reproductivos, ya fuera por la negación al acceso a una estancia infantil para el hijo de un derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social, o por la negativa de un aborto para una mujer cuya salud estaba en riesgo debido al embarazo, y por supuesto fue una de las organizaciones que participó en el proceso de despenalización del aborto durante las primeras doce semanas de gestación en Oaxaca ocurrida hace apenas unos meses.
Sin embargo, y a pesar de estos logros, las estadísticas de niñas y adolescentes embarazadas afectadas por un contexto grave de violencia sexual, sigue sin tener una respuesta clara por parte del Estado; obstáculos de acceso a servicios como anticoncepción de emergencia y aborto por violación; criminalización de las mujeres que abortan; violencia obstétrica cotidiana durante el embarazo, parto y posparto y mujeres que mueren en el parto por causas prevenibles, dejando familias atrás siguen presentes en el panorama nacional.
A las fallas estructurales del sistema de salud se suma el hecho de que la mayoría de las personas en México esté empleada en el sector informal, lo que limita su acceso a la seguridad social y, por tanto, a ciertas prestaciones, como licencias parentales y estancias infantiles. Las mujeres, a quienes se les sigue asignando un papel principal en las labores del hogar y de cuidados, cargan con esta falta de acceso a servicios, que afecta de manera particular a quienes, de por sí, viven condiciones múltiples de discriminación, como las niñas y adolescentes, las mujeres indígenas y las personas que viven con una discapacidad.
Sin duda, GIRE ha contribuido a la construcción de un país donde las mujeres vivan en igualdad, gracias al extraordinario trabajo de todas las mujeres y hombres que durante su existencia han formado y forman parte del equipo de esta maravillosa organización, pero aún queda un largo camino por recorrer para que la justicia reproductiva sea una realidad para todas. En esta nueva etapa, que inicia en marzo del 2020, GIRE pondrá todo su talento y esfuerzo para lograr que en México existan los factores sociales, políticos y económicos que permitan a las mujeres tener el poder y la autodeterminación sobre su destino reproductivo.
