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Aborto: un diálogo continental

junio 4, 2019

De Canadá a Argentina el aborto está presente en la arena pública, ya sea para señalar las omisiones de los Estados, para pedir avance en los derechos o para denunciar los retrocesos en el acceso a un aborto seguro. Las mujeres de todo el continente levantan la voz, se organizan en la Marea Verde, realizan incidencia y demandan a los Estados omisos por los casos de embarazos forzados de niñas en el continente.

En Argentina, la Campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, que reune a más de 500 organizaciones, presentó por octava ocasión un proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo. En el marco del arranque de las campañas electorales, posiciona así el aborto en la agenda política como un tema ineludible para los partidos y quienes busquen una candidatura.

La iniciativa legalizaría el aborto en las primeras 14 semanas de gestación, dos más que en la ciudad de México, y extiende el plazo en caso de violación o de riesgo para la vida o la salud de la madre.

Las manifestaciones que apoyan dicho proyecto ocurrieron no sólo en las calles argentinas: actos de solidaridad sucedieron en todo el mundo. Resalta entre los colectivos el de Actrices Argentinas, que ha estado presenta e insiste en “no dejar la calle”. Una de las herramientas más acertadas de las mujeres argentinas ha sido lograr vocerías de personalidades visibles en los medios que ya no tienen miedo al estigma de hablar de aborto. En las movilizaciones predominan las jóvenes, muchas de ellas votarán por primera vez y lo harán teniendo muy en mente que el aborto legal, seguro y gratuito #SeráLey. Mientras que la iniciativa recoge apoyo entre celebridades como Björk, que en sus redes sociales presentó su pañuelo verde, en México la Marea Verde se plantó frente a Palacio Nacional.

En Estados Unidos la coyuntura de un presidente autoritario y conservador ha permitido que el balance en la Suprema Corte se incline hacia la derecha tras la confirmación de Brett Kavanaugh como ministro. Los republicanos, que dominan principalmente en los estados del sur y el medio oeste, han aprovechado este contexto para impulsar legislaciones extremadamente restrictivas con la finalidad de llegar a la Suprema Corte y cambiar el criterio establecido por Roe vs Wade en 1973.

Esta situación ha motivado al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, a interpelar al vicepresidente norteamericano Mike Pence que visita Ottawa en el marco de la ratificación del acuerdo comercial T-MEC. Ya en mayo en su gira por París, Trudeau alertó sobre la andanada de leyes estatales que buscan prohibir el aborto en todas sus formas. Trudeau parece estar preparando el terreno para las próximas elecciones federales, pues los conservadores aseguran que, aunque no piensan resucitar el debate en Canadá, sí buscaran promover restricciones para el acceso al aborto legal.

Por su parte, Planned Parenthood Global, junto con asociaciones de la región, llevaron al Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas los casos de niñas que fueron víctimas de violencia sexual y revictimizadas por el Estado al negárseles un aborto legal: en Ecuador se trató de una niña de 12 años víctima del incesto, en Guatemala una niña de la misma edad que fue violada por el responsable de un programa de apoyo a la niñez y en Nicaragua una menor de 13 años abusada por un sacerdote.

Se estima que, en la región, alrededor de un millón de niñas sufren violencia sexual. En 2015 se documentaron 214 casos cuya salud física y mental, bienestar y proyecto de vida fueron afectados de esta forma. Al presentar estos casos ante la ONU se busca evidenciar que el embarazo forzado por el Estado es un trato cruel, inhumano y degradante, que la autonomía de las niñas debe ser respetada, y que la opción de interrumpir un embarazo debe brindarse desde una óptica de servicios de salud, y no penal.

En México seguimos a la espera de que prospere alguna de las iniciativas federales que han sido presentadas por bancadas de Morena y el PRD. En San Luis Potosí, Hidalgo y Puebla ya se hizo presente la Marea Verde acompañando a las legisladoras que buscan despenalizar el aborto en estos estados.

Sin embargo, es lamentable que la iniciativa presentada en Puebla contemple sustituir la pena de prisión por trabajo a favor de la comunidad, pues de hecho no es una despenalización sino una sustitución de la pena que mantiene el estigma. Los acuerdos en las comisiones se trabaron y el presidente de la mesa directiva busca realizar una consulta ciudadana, lo que va en contra de lo que la Suprema Corte ha dicho desde que empezó a decidir sobre casos de aborto hace dos décadas.

En Hidalgo ha sido notoria la ausencia de Morena en los foros de análisis para la despenalización del aborto. Sin embargo lo más grave ha sido la amenaza de muerte que recibió el presidente de la Comisión de Justicia y Protección Ciudadana, un diputado de Morena que está comprometido con la discusión. Este nivel de radicalización también la vemos en San Luis Potosí donde el edificio de la Comisión Estatal de Derechos Humanos fue vandalizado con una pinta contra la iniciativa. Giselle Meza, consejera ciudadana del organismo autónomo declaró: “Les recuerdo que a nosotrxs no nos importan las paredes, sino las mujeres y niñas que pierden la vida (…)”.

Como puede verse, el tema se mueve con fuerza. No hay que dudarlo, pese a las intimidaciones y maniobras politiqueras, el aborto será ley de Alaska a la Patagonia.

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