Celebramos que la Corte Interamericana de Derechos Humanos haya reconocido la responsabilidad del Estado de El Salvador en la violación de los derechos humanos de Beatriz y su familia. Se trata de una victoria del movimiento feminista en un país donde la prohibición absoluta del aborto obliga a las mujeres a continuar con embarazos que ponen en riesgo su salud y su vida.