Los resultados de las elecciones del pasado domingo perfilan la carrera rumbo a la sucesión presidencial en 2018. En este panorama los derechos de las mujeres, particularmente sus derechos reproductivos, no destacaron durante las campañas, y cuando lo hicieron fue para ser blanco de ataques, destacadamente por el Frente Nacional por la Familia.
Nayarit, Veracruz, Coahuila y el Estado de México celebraron elecciones. De estos, el Estado de México fue el que más atención capturó debido a que históricamente se ha visto como “laboratorio electoral” y el preámbulo de las elecciones presidenciales, por ser el estado del actual presidente de la República y por su número de votantes. Justo ahí los candidatos y las candidatas se destacaron por su corte conservador; tal como apuntamos en un blog anterior, todas pierden en el Estado de México, sólo el candidato del PRD se manifestó a favor de la interrupción legal del embarazo.
En el estado mexiquense podemos ubicar cómo el Frente Nacional por la Familia emergió como un interlocutor político validado por los distintos partidos, que con el reconocimiento tácito de su plataforma antiderechos dejaron claro que los partidos políticos seguirán despreciando los derechos de las mujeres con tal de llegar al poder. En el Estado de México, el Frente Nacional por la Familia recibió el apoyo de Josefina Vázquez Mota que firmó su compromiso con ellos (aunque después de eso cayó, aún más, de las preferencias electorales). Alfredo del Mazo recibió la aprobación del Frente por manifestarse en contra del aborto legal y el matrimonio igualitario. ¿Cuántos miles hicieron la diferencia para que del Mazo asegurara su ventaja? Para analistas conservadores el voto “cristiano” iba a ser fundamental en decidir la elección.
En Coahuila también propusieron un acuerdo para que los y las candidatas se comprometieran a políticas contrarias a los derechos humanos. A la reunión no sólo se presentaron los tradicionales aliados de Acción Nacional, en este caso el candidato a la alcaldía de Torreón, Jorge Zermeño, los cuatro candidatos a diputaciones de Torreón y el candidato a gobernador Guillermo Anaya; también acudieron candidatos del PRD y de Morena a la firma del pacto.
En Nayarit el virtual ganador con más de 10% de ventaja es Antonio Echevarría de la coalición “Juntos por Ti”, que agrupa al PAN al PRD, al PT y al Partido de la Revolución Socialista. En su plataforma esta coalición variopinta no incluye nada sobre derechos reproductivos y en el rubro de educación considera la perspectiva de género como parte de la educación. Hasta ahí. La naturaleza de la alianza hace suponer que de facto los temas de disputa entre ambos partidos serán dejados fuera en beneficio de la alternancia.
Veracruz sigue sintiendo el efecto Duarte, el año pasado perdió el PRI la gubernatura tras un dominio de 86 años; este año perdió medio centenar de alcaldías, la alianza PRI-PVEM sólo obtuvo 36 alcaldías de 212. Entre las pérdidas se incluye Xalapa, Coatzacoalcos y el puerto de Veracruz. La coalición PAN-PRD ganó 67 alcaldías más que el año pasado, para lograr un total de 112. Veracruz podría emitir una Alerta de Violencia de Género por agravio comparado debido a la tipificación del delito de aborto, la inadecuada prestación de servicios de salud y la reforma a la constitución local para proteger la vida desde el momento de la concepción, este tema sería divisivo para la alianza PAN-PRD.
En estas elecciones la participación ciudadana desmintió a los analistas que esperaban poca participación, para el 2018 muy probablemente volveremos a ver la estrategia aliancista entre PAN y PRD que eliminaría de las plataformas compartidas temas cruciales para las mujeres como la interrupción del embarazo. El signo más ominoso es que el Frente Nacional por la Familia se convierta en un interlocutor validado por los partidos en sus propuestas de limitar derechos ya ganados. Siguen las malas noticias para las mujeres.
