Ante las jugadas en contra de los derechos reproductivos ganados, y las restricciones a la perspectiva de género y el lenguaje, seguiremos visibilizando palabras tan fundamentales para nuestra lucha como aborto, feminismo, patriarcado, género.
Una de las deudas principales con las personas gordas es el acceso a servicios de salud reproductiva no centrada en el peso, libre de violencia y sin sesgos gordofóbicos.
La cooperación entre las organizaciones y colectivas puede ser una opción que permita vislumbrar estrategias más integrales y desde los territorios, para avanzar hacia la garantía del acceso al aborto como un servicio de salud.
En varios de los casos acompañados por GIRE, la disculpa ha resultado la medida más significativa para las personas acompañadas y ha sido de gran importancia en su proceso de cierre a nivel personal y/o en el núcleo familiar.
Es necesario asegurar no sólo la despenalización legal del aborto sino también que los servicios cuenten con presupuesto, personal capacitado y lineamientos adecuados para la debida prestación del servicio de salud.
La CNDH reconoce que el Instituto Nacional de Perinatología y el Hospital General de Acapulco vulneraron los derechos humanos de Rosemari al obstaculizar su acceso al aborto, en un caso de alteraciones incompatibles con la vida.
A pesar de que el aborto por violación es legal en todo el país, el sector salud sigue negando este derecho a niñas, adolescentes, mujeres y personas con capacidad de gestar.
¿Por qué el Consenso de Montevideo, el acuerdo regional de derechos humanos más progresista que América Latina y el Caribe le ha aportado al mundo, nos debería importar a todas, todos y todes y no solo a la sociedad civil feminista? Porque este instrumento habla de nuestras vidas.
Ingresé a una organización sólida y estoy convencida de que dejo una con más experiencia, producto de todas las personas que la han formado y de las aliadas fundamentales que ha tenido en el camino.