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Parir y morir

febrero 27, 2019

Por: Dunia Campos (@DuniaVerona)

Rosalía ingresó al hospital para parir. Quedó en coma, con daño en pulmón, riñón e hígado. Permaneció varias semanas en medicina interna. Una cadena de negligencias médicas le arrebató la vida este domingo 24 de febrero.

La consecuencia extrema de la violencia obstétrica es la muerte. Rosalía tenía 19 años. El primero de diciembre del año pasado, cuando cursaba la semana 39 de embarazo, empezó a sentir malestares y acudió al Hospital General Dr. Enrique Cabrera de la Ciudad de México para ser atendida. La regresaron a su casa porque aún no estaba lista para la cesárea, pero le dijeron que, aunque no presentara contracciones, fuera de nuevo al hospital si se sentía muy cansada.

Acompañada de un tío abuelo y de su abuela, regresó la mañana siguiente al hospital. Ingresó contenta y por su propio pie. Sus familiares supieron de ella casi doce horas después. Cuando su abuela solicitó informes, sólo le dijeron que estaba en trabajo de parto. A la medianoche del 3 de diciembre le informaron que estaba muy delicada de salud y que no podía pasar a verla. Nunca le explicaron qué tenía. Cuando por fin pudo verla, la encontró entubada y en coma. Le habían realizado una histerectomía, perdió mucha sangre y le había dado un paro cardiaco. También se le hizo una traqueotomía de emergencia. A pesar de que la abuela solicitó varias veces que le explicaran por qué su nieta estaba en esas condiciones, nunca le dieron un diagnóstico ni le informaron sobre las consecuencias de lo que le pasó. Luego se enteraron que el parto ocurrió en la noche del 2 de diciembre. Rosalía estuvo internada en terapia intensiva hasta el 31 de diciembre. Después la pasaron a medicina interna. Una médica les dijo a sus familiares que su cerebro parecía el de una persona de 70 años, que probablemente no escucharía ni vería. Tampoco sabían si volvería a caminar.

El 13 de febrero GIRE presentó un amparo urgente señalando los tratos crueles, inhumanos y degradantes que recibió Rosalía. El Juez determinó que la falta de asistencia médica implica una violación al derecho al más alto nivel posible de salud física y mental, que podría causarle daños de difícil o imposible reparación, y ordenó que se le valorara de manera inmediata y se le otorgara el tratamiento pertinente para preservar su salud. Derivado también del amparo, los familiares y algunos representantes de GIRE tuvieron una reunión con los médicos, en la que pudieron recibir información sobre Rosalía y el tratamiento que se le daría. Los familiares esperaban que se le brindara atención inmediata, profesional y humanizada. No fue así. Rosalía murió el domingo 24 de febrero.

En 2016, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) incorporó por primera vez preguntas destinadas a evaluar aspectos de la experiencia de las mujeres durante su último parto. De acuerdo con la ENDIREH, de 8.7 millones de mujeres que tuvieron al menos un parto entre 2011 y 2016 en México, 33.4% refirieron haber sufrido maltrato por parte de quienes las atendieron. Los resultados de la encuesta evidencian un problema que experimentan millones de mujeres. La Ciudad de México encabeza las cinco entidades federativas con mayor proporción de mujeres que sufrieron algún tipo de violencia obstétrica en los últimos cinco años, con 36.5%, seguida del estado de México (36%), Querétaro (34.6%), Tlaxcala (34.2%) y Morelos (33.7%).

Además de su obligación de promover legislación y políticas públicas encaminadas a transformar el sistema de salud para garantizar atención obstétrica de calidad que erradique la recurrencia de casos como el de Rosalía, el Estado también debe asegurar que las víctimas tengan acceso a recursos efectivos y protección judicial, incluyendo medidas de reparación integral. Para ello, es esencial que se identifique la responsabilidad estatal ante la violencia obstétrica y no limitar la respuesta a fincar responsabilidades individuales al personal de salud.

Debemos insistir en visibilizar la violencia obstétrica como un problema de justicia y derechos humanos que requiere acciones que transformen de manera sistemática la atención que se brinda a las mujeres durante el embarazo, parto y posparto. Asimismo, debemos continuar con la exigencia de contar con estrategias y mecanismos que permitan difundir de manera amplia y constante esta problemática desde una perspectiva de derechos humanos, como una política permanente y no como una acción coyuntural.

Más de mil mujeres al día son víctimas de violencia obstétrica, ¿quién garantiza que se preserve su salud y su vida? En muchos casos, las fallas estructurales del sistema de salud se combinan con conductas de maltrato de parte del personal médico hacia las mujeres y sus familias, ¿quién hace efectivo su acceso a la justicia? La muerte materna representa una violación al derecho a la vida, la salud, la igualdad y la no discriminación, a la vida privada, a no ser sometida a tratos crueles e inhumanos, a la información y al goce de los beneficios del progreso científico y tecnológico. Tras varias semanas de omisión e indiferencia ante la situación de Rosalía, ¿qué respuesta tiene el Estado para sus familiares?

Rosalía llegó a parir y hoy está muerta. Mientras no se diseñen e implementen políticas públicas que busquen erradicar y prevenir acciones u omisiones como las que provocaron su muerte, el continuum de violencias que enfrentan las mujeres seguirá siendo una realidad en el país. El Estado es responsable de la muerte de Rosalía. GIRE, como su representante, buscará que se señale la responsabilidad de la Secretaría de Salud de la CDMX. La familia, por su parte, está considerando las denuncias penales. Exigimos justicia para ella y sus familiares.

 

* Dunia Campos es responsable de contenidos y campañas en @GIRE_mx.

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