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Seguimos fuertes y juntas

marzo 8, 2021

En 2020 las movilizaciones feministas no se limitaron a las calles, hubo otras formas de movilización como los pañuelazos y las campañas virtuales a favor de la despenalización del aborto. Y ahora, en 2021, seguimos fuertes y juntas.

El 8 de marzo en este 2021 nos encuentra con un país lleno de pérdidas y de dolor por una pandemia que no se termina. Al mismo tiempo, uno donde la violencia no se detiene y en el que no todas las mujeres pueden ejercer sus derechos sin poner en riesgo su salud y su vida. Sin embargo, nuestra determinación se fortalece día a día con la certeza de que seguimos juntas en la lucha por la autonomía y la libertad.

Las movilizaciones feministas del año pasado, producto de la rabia acumulada frente a la violencia de género y el desdén de las autoridades ante los reclamos de justicia por parte de colectivas, organizaciones y mujeres de distintas edades y poblaciones, nos han cargado de esperanza y entusiasmo para seguir alzando la voz. Aunque ahora no podemos salir a las calles, nuestra lucha vibra alto: desde nuestros hogares y a través de las plataformas digitales, ¡estamos unidas!

Este Día Internacional de la Mujer recordamos con gran satisfacción la gran capacidad de convocatoria del movimiento feminista durante 2020. El #8M, tan sólo en la Ciudad de México se calcula que más de 80 mil manifestantes llenaron las calles. Las movilizaciones en todo el país –acompañadas también por una movilización sin precedentes en América Latina y el mundo– fueron históricas. Al día siguiente se convocó al Paro Nacional de Mujeres, con la intención de que las mujeres se abstuvieran de participar en sus actividades cotidianas por un día. De acuerdo con estimaciones publicadas en medios de comunicación, participaron aproximadamente 70% de las mujeres. El impacto económico se calcula en 30 mil millones de pesos aproximadamente.

La abrumadora respuesta que acompañó los llamados a movilizarnos nos llenó de fuerza y orgullo. Sabíamos que existía un virus proveniente de Wuhan que mantenía a dicha ciudad en cuarentena, pero todavía se sentía lejano y no imaginábamos lo que traería unas semanas después. Luego llegó la pandemia y, con ella, el distanciamiento social y el confinamiento como medidas para hacer frente a la emergencia sanitaria, lo que incrementó en más de 80% las llamadas a causa de violencias de género.

En medio de la incertidumbre social y sanitaria, las protestas en las calles se pusieron en pausa un tiempo, pero las violaciones a los derechos de las mujeres no sólo no cesaron, sino que en algunos casos se recrudecieron. Además de una imperiosa exigencia de justicia, el común denominador de estas protestas fue el uso desproporcionado de la fuerza pública como respuesta del Estado, en lugar de privilegiar el diálogo y las acciones para atender de manera efectiva los reclamos.

El 4 de septiembre, tras una reunión entre la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Rosario Piedra Ibarra, y familiares de víctimas de violaciones a derechos humanos, Marcela Alemán, madre de una niña que fue abusada sexualmente, se amarró a una silla negándose a abandonar el lugar hasta que el caso de su hija se resolviera. Más víctimas y colectivas feministas se unieron a la protesta, que concluyó en la toma de las instalaciones, con el objetivo de convertirlas en un refugio para víctimas. Esto inspiró la toma simbólica de instalaciones de comisiones de derechos humanos en otras entidades federativas.

Entre estas acciones destaca el caso de Ecatepec, donde el 11 de septiembre alrededor de 20 manifestantes que habían tomado de manera pacífica las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México fueron desalojadas violentamente por aproximadamente 30 policías. Las manifestantes reportaron ser detenidas y trasladadas en vehículos no oficiales; las imágenes del desalojo se viralizaron en redes sociales y llevaron a activistas y medios de comunicación a exigir a la Fiscalía del estado aclarar los hechos y dar información acerca del paradero de las personas detenidas. Diez horas después, las personas fueron liberadas.

El 28 de septiembre se convocó a diversas manifestaciones a lo largo del país, que se encontraron con una respuesta intimidante y desproporcionada por parte de las fuerzas de seguridad pública. Primero, una manifestación en Ciudad de México se encontró con una presencia excesiva de elementos de seguridad, episodios de encapsulamiento y uso de gas lacrimógeno en contra de las manifestantes. En Xalapa, periodistas reportaron el uso de gas en contra de las mujeres manifestantes, así como empujones y forcejeos y otras agresiones por parte de la policía. En Tijuana, mujeres y periodistas manifestaron haber sido agredidas por elementos de la policía, así como uso de gas, jaloneos y otras agresiones físicas y verbales.

A dichas acciones se sumaron las tomas simbólicas de dos congresos locales: el 24 de noviembre, un grupo de jóvenes llevó a cabo la toma pacífica del Congreso de Puebla. Por su parte, el 27 de noviembre, colectivas feministas tomaron el Congreso de Quintana Roo, como respuesta a la represión policial que se había llevado a cabo una semana antes frente a la Fiscalía local en Cancún en el marco de una protesta por el feminicidio de Alexis. En dicha protesta, se reportaron diversos excesos de las fuerzas policiacas, incluyendo disparos al aire que hirieron a dos personas.

En 2020 las movilizaciones feministas no se limitaron a las calles, hubo otras formas de movilización como los pañuelazos y las campañas virtuales a favor de la despenalización del aborto. Y ahora, en 2021, seguimos fuertes y juntas: alzando la voz, tomando las redes sociales, difundiendo información, participando en debates, y exigiendo al Estado y sus instituciones el respeto y la garantía de los derechos humanos de todas.

El ímpetu del movimiento feminista quintanarroense, que en días recientes colocó en la discusión pública el derecho a decidir como eje de la libertad y la autonomía de las mujeres y otras personas gestantes, nos mantiene aguerridas y con la esperanza firme: lograremos que en cada rincón de México se sepa que nuestras vidas importan.

@GIRE_mx

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