Me encomendaron la difícil tarea de dar algunas palabras para Regina en nombre de la familia GIRE. Supongo que me lo pidieron porque me perciben como ruda y querían a alguien que no terminara llorando. La verdad es que no lo garantizo.

Podría detenerme en lo mucho que ha cambiado GIRE en estos nueve años. Aprendimos a hablar de otra manera de aborto. Aprendimos sobre violencia obstétrica, gestación subrogada, de corresponsabilidad entre la vida personal y la laboral. Hicimos el primer informe sobre derechos reproductivos en México. Llegó el pañuelo verde a nuestras vidas. Más de 100 mujeres y sus familias nos permitieron acompañarlas en su camino a la justicia.

Antes hablábamos de derechos-sexuales-y-reproductivos, hoy, lo hacemos de justicia reproductiva. Publicamos un libro para celebrar nuestros 20 veinte años, donde nuestras aliadas y aliados se descubrieron feministas en unas atrevidas fotos (hoy convertidas por la banda en stickers). Llevamos (y ganamos) nuestro primer caso en la Corte. Cambiamos políticas internas, hicimos nuevas alianzas, obtuvimos nuevos donantes. Nuestros simpatizantes se multiplicaron, innovamos nuestra comunicación, aprendimos que, en el detalle, está la diferencia.

Podría compartir que nos mudamos de casa, que algunos se casaron, otros nos divorciamos, tuvimos hijos e hijas, superamos enfermedades, perdimos familiares y mascotas, se fue gente, llegaron nuevos, subimos y bajamos de peso, nos pintamos el cabello de colores, comimos quesadillas, tomamos mezcal, volvimos a tomar mezcal, cuestionamos y nos burlamos de nuestro feminismo, florecieron liderazgos. Nos convertimos en una gran familia.

Hace nueve años, GIRE ya era una gran organización, pero Regina logró lo impensable: hacerla más grande. Regina nos hizo soñar con la mejor versión posible de GIRE y cuando creíamos que ya estábamos ahí, ella nos sacudía y nos recordaba que siempre podríamos ser mejores y más creativos. Que no importaba hacerlo y rehacerlo una y otra vez hasta encontrar la versión perfecta, la versión GIRE. Y cuando la teníamos, no había más remedio que mejorarla.

Podría contar cómo Regina fue la resistencia feminista en una entrega de reconocimientos organizada por una revista de moda y se negó a ponerse pestañas postizas o cuando perdió una uña y sus zapatos en un evento de GIRE o de cuando se tomaba mezcal en su oficina por puro acto de fe.

Podría hablar de todo esto. Pero lo que verdaderamente ha caracterizado el paso de Regina por GIRE ha sido su inigualable manera de estar ahí, en el momento preciso. Si pudiera encontrar algunas palabras que cualquiera del equipo diría, sería justo esto: “Ella tuvo un gran detalle conmigo en el momento en el que más lo necesité. Ella no tenía que hacerlo, pero lo hizo”.

Su calidad humana, gran sensibilidad y empatía hacia quienes la rodean ha sido su marca personal en GIRE. Todas y todos recordamos ese momento especial que nos hizo sentir queridas y acompañadas por ella.

Me gustaría recordar aquí que lo primero que hizo Regina al llegar a dirigir GIRE fue citarnos uno a uno en su oficina, ahí nos escuchó. En ese entonces, dijo que sería una dirección de puertas abiertas. Así fue, nunca las cerró. Siempre estuvo ahí, con el detalle cariñoso, la retroalimentación constructiva, la solución perfecta, el chisme sabroso y las risas.

Ella siempre ha dicho que GIRE es su gente, su equipo. Hoy esta familia GIRE celebra con ella todo lo que hemos compartido, todo lo que sembró, todas las experiencias, las frustraciones y los éxitos.

Son, sin duda, tiempos difíciles para las mujeres. El sopor es infinito, pero no dejaremos de luchar ni de sonreír.

Regina, te queremos y te decimos de corazón que siempre serás parte de nuestra familia. Te deseamos mucho feminismo, más mezcal, mucha felicidad y un futuro lleno de éxitos.

¡Hasta pronto!

Brenda Rodríguez es politóloga, fan de las novelas feministas y el box, siempre trae las uñas pintadas y cuando se peina de chongo, dicen, que es del mal. Coordina comunicación en GIRE.