Sex Education y desmitificar el aborto
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Sex Education y desmitificar el aborto


Advertencia: Si estás viendo la serie Sex Education en Netflix, este texto podría contener spoilers.

El inicio de la serie Sex Education no es nada tímido sobre el tema, todo es sexo y sexualidad y más sexo en tu cara. Pero al final de cuentas, de eso se trata la serie británica original de Netflix. Se lanzó en enero de este año y el tono ingenioso, directo y, a veces, vulgar recuerda The End of the Fucking World, la otra serie británica que puede encontrarse en la misma plataforma.

Otis con su mamá, una terapeuta sexual

Sex Education se centra en Otis, un adolescente socialmente torpe, hijo de una terapeuta sexual que es franca sobre todos los aspectos de la sexualidad y cuya casa está adornada con todo tipo de esculturas, pinturas y libros sobre el tema. Un día, por accidente, Otis le da consejos de sexo a otro chico de la prepa, repitiendo las lecciones y el lenguaje que ha escuchado toda la vida de su mamá. Esto desencadena una serie de eventos y Otis, junto con Maeve, su compañera de la escuela, establece un negocio de terapia sexual para ayudar a sus pares con sus problemas, dudas y miedos sexuales.

Cada vez que una película o serie aborda el tema de aborto, las feministas aguantan la respiración. Muchas veces el tema está sensacionalizado y el resultado es melodramático, lo cual es desalentador y solo agrega más estigma a un tema que históricamente ha sido distorsionado por grupos anti-derechos.

En algún momento, Maeve se entera de que está embarazada y es consciente de que no quiere criar un hijo a su edad, por lo que asiste a una clínica de salud que ofrece el servicio de aborto (un procedimiento gratuito en el programa nacional de salud de Inglaterra). La serie —y por lo tanto Maeve— abordan el tema de manera pragmática.

Maeve en la serie Sex Education

Al llegar a la clínica, Maeve se encuentra con dos personas protestando en contra del aborto a la entrada: una práctica relativamente común afuera de las clínicas que ofrecen el servicio de aborto (también en la Ciudad de México). Una vez adentro, llena un formulario y espera en la sala para que le llamen.

Cuando llega su turno, Maeve es rodeada de personal médico que la prepara conectándola a una máquina de presión arterial y le inyectan un sedante. Mientras conversan, Maeve se queda dormida conectada a una máquina de oxígeno. En la siguiente escena, se despierta en la sala de recuperación. Ya no está embarazada. Una enfermera le ofrece una gelatina, junto con la mujer de una cama contigua, comparte el momento. Poco después, Maeve sale de la clínica, lista para regresar al mundo.

El episodio sigue a Maeve durante su proceso hasta llegar a su casa, donde tiene un momento para reflexionar a solas. El peso emocional en el capítulo no surge del aborto, sino de la reflexión de Maeve sobre su relación inexistente con su mamá ausente.

En un mundo donde los grupos anti-derechos disfrazan sus mensajes con lenguaje progresista, pero al final limitan las opciones de la mujer a una sola —la adopción— este episodio ofrece una mirada fresca y real sobre la experiencia del aborto sin dramatizarlo demasiado.

Un profesional médico asistió al rodaje para que fuera una representación real del aborto y el episodio logra desmitificar un proceso que millones de mujeres eligen cada día en todo el mundo.

 


2 abril 2019


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