Las mujeres y la 4 T - Información y datos sobre aborto legal en México, violencia obstétrica, muerte materna y otros.
Logo recaptcha, Este sitio usa recaptcha versión V3, el cual no implementa desafios visuales.

Las mujeres y la 4 T

julio 8, 2019

Durante la campaña de 2018 el equipo de Abre más los ojos preparó un documento con las propuestas de López Obrador en los temas de mujeres. Además de presentar la idea de un gabinete paritario, con nombres y apellidos de las ministras, trató temas como la muerte materna, la feminización de la pobreza, la violencia y el acceso a la justicia. Entre las propuestas destaca la creación de “programas de atención y cuidados gestionados por mujeres debidamente remunerada” y “abrir guarderías y estancias infantiles de calidad para que más mujeres se incorporen a la estructura laboral”.

Hace un año, cuando Andrés Manuel López Obrador ganó la elección presidencial, sabíamos que nos encontrábamos ante una gran oportunidad de cambio que no debía desperdiciarse. En ese contexto, GIRE colocó sobre la mesa cinco problemáticas de atención urgente para avanzar hacia la justicia reproductiva en México: embarazo adolescente, penalización del aborto, violencia obstétrica, muerte materna y seguridad social. También enfatizó algunos pendientes que el Estado, desde el poder ejecutivo, legislativo y judicial, debe atender para dejar atrás la noción de que los derechos reproductivos pueden quedar a la espera, y que temas como la desigualdad, la corrupción y la impunidad no tienen relación con las experiencias que viven las mujeres todos los días.

El trabajo de promoción y defensa de los derechos reproductivos que GIRE realiza da cuenta de la necesidad de que el Estado lleve a cabo acciones concretas para que la despenalización del aborto, la garantía de atención obstétrica de calidad y la modificación de normas discriminatorias en relación con el acceso a prestaciones de seguridad social, entre otros temas, sean considerados un componente fundamental para la transformación del país.

El pasado 1 de julio, en la celebración del primer aniversario de su triunfo, el presidente López Obrador dijo que, a más tardar en diciembre, su gobierno terminará de arrancar de raíz la corrupción y quedarán construidas las bases para la transformación política. Pero insistió en excluir a las mujeres, olvidando que México es un país en el que se cometen al menos 600 mil delitos sexuales cada año y 66% de las mujeres ha experimentado al menos alguna forma de violencia en su vida; un país donde el sistema de justicia condena a las mujeres más marginadas a pasar años de su vida en prisión, y el sistema de salud, desigual y deficiente, permite el maltrato y la muerte prevenible de niñas y mujeres todos los días. Un país en el que a las mujeres se les sigue asignando el papel principal en las labores del hogar y de cuidados, y cargan de manera particular con la falta de acceso a prestaciones como las estancias infantiles.

El presidente dijo que entre más rápido se consume la obra de transformación, más tiempo se tendrá para consolidarla en forma de vida y de gobierno, pero si continúa siendo “dueño de su silencio” cuando se le cuestiona sobre sus omisiones para garantizar los derechos de las mujeres, esa transformación de la que tanto habla seguirá siendo una falacia. Sabemos que la falta de perspectiva de género ha caracterizado sus acciones de gobierno: las modificaciones al programa de estancias infantiles y la reticencia para tomar postura frente al derecho a decidir de las mujeres son botón de muestra. En la conmemoración del Día Internacional de la Mujer dejó claro que el combate a la corrupción es asunto prioritario, pero sigue sin entender que tanto ese tema como la desigualdad y la impunidad tienen un impacto directo en las injusticias que día con día viven las mujeres en México, en especial quienes enfrentan condiciones múltiples de discriminación, como las mujeres indígenas y quienes viven con alguna discapacidad.

Mientras que a las mujeres se les criminalice por interrumpir un embarazo y se siga permitiendo que la violencia obstétrica y la muerte materna ocurran de forma cotidiana en el sistema de salud, se perpetúe la idea de que las labores de cuidado corresponden en automático y principalmente a las mujeres, y se sigan reforzando las barreras para hacer posible la conciliación de la vida laboral y personal, la justicia reproductiva será, como hasta ahora, una deuda que el Estado mexicano tiene con las mujeres.

A siete meses de haber iniciado su gobierno, el presidente López Obrador dice sentirse optimista, reitera su lucha por construir una verdadera democracia y afirma estar a favor del diálogo y del respeto a los derechos humanos; sin embargo, titubea para crear las condiciones que garanticen los derechos de las mujeres. Es necesario recordarle que si insiste en excluir sus voces y experiencias, y en considerarlas delincuentes y no ciudadanas capaces de tomar sus propias decisiones, jamás serán partícipes de la democracia, y que la perspectiva de género debe estar en el centro del diseño de las políticas públicas porque, sin las mujeres y sin mejorar sus condiciones de vida, no habrá una transformación efectiva.

Compartir:

Artículos relacionados

El INP y el Hospital General de Acapulco deben brindar servicios de salud reproductiva, incluido el aborto

Aborto por violación: cuando la ley no basta

Montevideo: nuestro Consenso

Un año nuevo para abrazar, celebrar y agradecer el cambio