El pasado 21 de octubre el pleno de la Cámara de Diputados desechó la iniciativa de implementar tasa cero de IVA a los productos de gestión menstrual, evidenciando con ello la falta de perspectiva de género en las políticas públicas y reafirmando la discriminación que enfrenta el 51% de la población.
A fin de posicionar la gestión menstrual en la agenda pública y lograr políticas públicas para hacer frente a las desigualdades estructurales que impiden a mujeres, niñas, adolescentes y otras personas menstruantes vivir una menstruación digna, el colectivo #MenstruaciónDignaMéxico impulsa una serie de acciones que incluyen tres ejes: gratuidad de los productos de gestión menstrual, eliminación del IVA a dichos productos, y generar investigación y datos sobre la gestión menstrual en México.
La iniciativa de reforma a la Ley de Impuesto al Valor Agregado para implementar una tasa del 0% de IVA –en lugar del 16%– a productos de gestión menstrual como toallas, tampones, copas, entre otros, fue presentada el 8 de septiembre. En ella se argumenta que la tasa vigente es un impuesto discriminatorio que atenta contra los derechos humanos como la igualdad y no discriminación, el mínimo vital, el derecho a la salud, la vida digna, el trabajo y la educación.
La iniciativa aporta datos contundentes sobre la relevancia del tema: el uso de los productos de gestión menstrual no es opcional, pues, en promedio, una persona menstrúa 2 mil 535 días a lo largo de su vida, cifra equivalente a siete años consecutivos si se considera que la edad en que se menstrúa es de los 15 a los 49 años; además, se estima que a nivel mundial hay mil 800 millones de personas menstruantes, mientras que en México, actualmente, más de 63 millones de mujeres, niñas y adolescentes menstrúan y muchas de ellas enfrentarán la falta de espacios adecuados y cómodos para gestionar este proceso con dignidad.
El pasado 21 de octubre el pleno de la Cámara de Diputados, con 185 votos a favor, 218 en contra y 11 abstenciones, desechó esta iniciativa de reforma, evidenciando con ello la falta de perspectiva de género en las políticas públicas y reafirmando la discriminación que enfrenta el 51% de la población al tratarse de un impuesto que afecta a un grupo de personas que, dada su condición biológica, atraviesa en exclusiva durante muchos años de su vida.
Tras el rechazo de la iniciativa hubo un gran movimiento para alertar sobre el impacto de esta decisión y reforzar la importancia de colocar la menstruación como un tema no sólo de salud pública sino de acceso a la justicia, sobre todo para quienes viven en situación de pobreza: una persona que menstrúa necesita 360 toallas o tampones promedio al año y dicho gasto puede representar hasta $720 anuales para ser cubierto de manera adecuada equivalente a 5% del total de gastos de un hogar del 10% más pobre en México. Algunas legisladoras defendieron la menstruación sin impuestos al reiterar que la política fiscal debe incluir una perspectiva de género y que la eliminación del impuesto a los productos de gestión menstrual es un asunto de justicia tributaria, dado que las personas que menstruamos pagamos 3 mil millones de pesos más que quienes no, por el único hecho de tener cuerpos menstruantes.
Por su parte, el colectivo #MenstruaciónDignaMéxico calificó la decisión de los diputados como un retroceso en la justicia para las mujeres, niñas, adolescentes y otras personas menstruantes, y urgió al Senado de la República a lograr una menstruación libre de impuestos y hacer valer la legislatura de la paridad a favor de los derechos humanos.
Desde GIRE nos sumamos a #MenstruaciónDignaMéxico para crear contextos que favorezcan la gestión de la menstruación y contribuir a la eliminación de las desigualdades estructurales que impiden vivirla de manera digna, libre y saludable.
Queremos terminar con la diseminación de ideas erróneas respecto al significado de menstruar y que ya no se fomenten juicios, señalamientos y burlas en torno a las experiencias de quienes menstrúan. Por ello, hemos visibilizado la menstruación de diferentes maneras: cuestionando el estigma que patologiza este proceso fisiológico; compartiendo lo que representó la primera menstruación para algunas mujeres y abordándolo como un tema sobre el que es necesario crear nuevas narrativas.
Aun cuando el jueves 29 de octubre el Senado tampoco decidió a favor de las mujeres, niñas, adolescentes y otras personas menstruantes, es importante seguir hablando de la menstruación; te invitamos a llevar el tema y tu experiencia a las conversaciones cotidianas y a trabajar juntas para que deje de ser un proceso que avergüence. La menstruación es un asunto de acceso a la salud y a la justicia, y es necesario que todxs lo sepan.