Si el INSABI cumplirá con la promesa de garantizar el derecho a la salud, incluida la salud materna con todos sus componentes, deberá responsabilizarse y revertir la tendencia en la que más de la mitad de las muertes maternas correspondían a partos de mujeres sin seguridad social o con Seguro Popular.
¿Por qué se insiste en hablar de la menstruación como un tema individual si socialmente se reproduce la exigencia de que las mujeres rindamos y seamos productivas siempre, tanto en lo laboral como en lo familiar, aun durante el periodo menstrual y experimentando sus efectos?
En la actualidad es insuficiente hablar de derechos reproductivos y de la libertad de reproducirse o no: este discurso se limita a una visión jurídica e individual de los derechos, sin adentrarse a otras barreras que existen en su acceso efectivo para ciertas poblaciones.
Las mujeres movilizadas han sido las protagonistas de un movimiento que se ha colocado en la vanguardia y detonado discusiones para cambiar paradigmas.
¿Estamos a favor de la vida de qué o quién? ¿Del embrión o de una mujer con nombre, familia e historia que por diversas razones decide que este no es el mejor momento?
“Estás en tus días” es una frase que hace referencia a nuestro estado de ánimo durante la menstruación. La han usado para descalificarnos, para justificar nuestros enojos, como si éstos solo tuvieran que ver con cambios hormonales y no con razones reales. Pretendemos, con la campaña, darle la vuelta a su sentido para confirmar que sí estamos en nuestros días, pero también en nuestro tiempo.
Con acciones como salir a las calles, las mujeres que integran la ‘marea verde’ buscan que el aborto deje de ser tabú y que el tema se coloque como una prioridad en la agenda de políticas públicas.
¿Qué sigue luego de que el aborto dejó de ser un delito? Que la interrupción legal del embarazo sea un servicio básico de salud, gratuito y de calidad, que esté a disposición de todas las mujeres que lo soliciten.
Mujeres de todo el mundo han denunciado el desconocimiento a su autonomía para la toma de decisiones —incluida la posibilidad de elegir la posición para parir—, las prácticas humillantes, las agresiones verbales y las observaciones sexistas que reciben por parte de los trabajadores sanitarios durante la atención del parto.